domingo, 23 de febrero de 2014

MENSAJE 123



Querida:

Qué bien que me sentido ayer anoche reunido contigo en nuestra alcoba secreta. Contigo las sábanas de seda me han resultado más suaves y placenteras que nunca. Te he podido dar todos esos besos llenos de cariño y amor que con tantas ansias anhelaba darte.

Pude decirte que siempre te amé, cuando nunca te lo pude decir antes; gracias por haber venido a nuestra alcoba secreta. Ahora necesito que vuelvas otra vez.

Me emocioné cuando me dijiste cuán grande es tu amor por mí, que los deseos que sientes por mí son más grandes que los míos. Pero yo te confirmé que seguramente yo estoy más loco de amor por ti, porque todas las noches te he estado soñando contigo y necesitaba besarte, y todos los días no paraba de pensar en ti. Me encanta, me halaga y me produce verdadero placer que me digas que me amas, pero igualmente sé que las palabras están de más, porque es con tu entrega, con lo que haces, con lo que me demuestras,…lo que de verdad me dice lo mucho que me quieres.

Añoro todos esos mágicos instantes que estuve contigo, y por eso necesito que vuelvas de nuevo, para que podamos seguir con nuestro amor, que sabes que contigo será eterno.

Te ama con locura, y te espera desesperadamente con alma enamorada tu amante, le Vizconde du Valmont.


MENSAJE 122



Querida:

Como un barco a la deriva perdida me siento hoy que no estás conmigo. Como un barco a la deriva perdida me siento cuando te noto fría, distante, extraña, y con esa falta de pasión encendida.

Tú tienes el timón que podrías dar a mi vida una dirección, si sabes cuidarme de las tormentas, si sabes poner ilusión en mi vida. Necesito que enciendas tu pasión por mí, y no sentirte fría, rara, o distante.

Me siento como un barco en una deriva perdida que no sabe adónde va, y cuando estoy en medio de esta deprimente tormenta que me azota con furia, se me hace falta que tomes el mando de nuestra extraña relación y enredezas el barco. Si no lo entiendes, si no lo haces, me siento como perdido y sin saber cómo salir de esa. Me siento, pues, como si me hubieras abandonado, como si para ti en tu vida existiera otro hombre mucho más importante que yo.

Tú sabes qué hacer, sabes cómo tienes que actuar, y yo solo necesito que tengas ganas de abrazarme, sentirme querido por ti, pero no de una forma sosa, sino con encendida pasión, igual que la persona apasionada que yo soy, con mucho fuego, con mucha calidez….

Así que , querida, por favor, no tardes ya en socorrerme, si no quieres que este barco vaya pronto a naufragar y lo pierdas para siempre.

Te espera y te quiere tu amante, le Vizconde du Valmont