¿Qué me queda de ti? hace poco me preguntaron, y yo les dije: NADA, y sentí que algo ocultaba.
Guardo un gran recuerdo, como un puñado de rosas secas, las centenares de cartas que te escribí, y algunas canciones hermosas que cuando las pongo me recuerdan a ti
Guardo todas las risas que aquellos días ambos disfrutábamos, y todas esas lágrimas provocadas por todos esos absurdos rechazos tuyos, esos menosprecios sin fundamento, esas gilipolleces de tu supuesta alta condición social
Guardo todas las horas que pasamos hablando, contándonos cosas de nuestras vidas, conociéndonos con nuestras manos, cuando nos la pasábamos por la piel el uno del otro.
Guardo los momentos que nos dábamos un festín del uno con el otro en la cama, hasta que nos quedábamos dormidos, y cuando despertábamos, nos seguíamos ofreciendo el festín del uno con el otro hasta llegar al mediodía.
Guardo hasta los estúpidos enojos por tu parte que por momentos parecían nos separaban, pero cuando venía la reconciliación todo lo olvidaba por amor que por ti era mucho más fuerte que todas las demás tonterías.
Guardo todos aquellos días que estuvimos muy juntos viviendo cada instante en el que festejábamos cada lugar que poníamos el pie, besándonos con amor cada vez que las ganas nos podían.
Como ves amor así que yo mentía al decir que ya no me quedaba nada de ti, y aun guardo muchas cosas, aun te tengo en algún rincón de mi corazón, no exento de tristeza.
Te recuerda tu olvidado Vizconde du Valmont
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