Querida:
Mi corazón está a la deriva, como un barco que ha perdido el norte, por
un amor que no tenia que haber aparecido.
Me enamoré de una mujer imposible, y ahora sufro por no tenerte. Cuanto
más pretendía no fijarme en ti, el muy terco de mi corazón, más te recordaba y
se enamoraba de ti.
Ahora estoy sufriendo las consecuencias que tengo que sufrir por alguien
que no quiere corresponderme en mi amor por ti. Mi corazón sigue yendo a la
deriva, y cada puerto que encuentra está ocupado, y me siento que para mi ese
mar me está enveneando y la soledad sin ti se me hace insoportable.
¿Moriré a la deriva, por haberme enamorado de ti, una mujer con la que
no puedo vivir, porque no me correspondes?
Mi corazón está muy triste por ti, por amarte a ti, por una mujer por la
que mi pobre corazón se ha quedado
preso. Prisionero me quedo por no poder expresarte todo lo que siento,
por no poderte brindarte todo el amor que tengo por ti, por no poder saborear
las más dulces mieles que me darían tu amor. Por no poder disponer de tus
abrazos, de tus besos, de tu sonrisa, de tus hermosas palabras.
Es la crueldad que estoy sufriendo por no hacer caso a la razón, por
enamorarme de ti en quien yo había empeñado mi corazón.
Sigue enamorado de ti, tu ex amante, le Vizconde du
Valmont.
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