Querida: hoy en esta tarde me he levantado más
iluminado que de costumbre: por la ventana el sol entra a raudales, y se cuelan
los calores de ese tórrido agosto, cuando ya estamos por la tarde, pero me he
despertado feliz después de toda esa loca noche que hemos tenido. Es sábado,
por lo que no he tenido ningún apuro de levantarme para dar cuenta a esos
cabrones de la corte. Me gusta mi vida de sibarita libertino que sólo disfruta
de ti y de todos los placeres que se puedan encontrar en la vida. Y aunque me
he levantado tarde, me siento feliz,
pleno, respiro profundo; ya sabes que anoche me dormí bastante tarde, fue una
noche muy productiva entre tus brazos, me lo pasé muy bien, y lo más importante
es que realmente me encantó pasar toda la noche disfrutando de ti hasta llegar
a es dulce y relajante agotamiento en el que me quedé felizmente dormido. Nunca
me había dormido tan bien y tan relajado: me sentí como dormirme en el cielo.
Mi criada me dice que te levantaste temprano ,
pero esta noche quiero volver a repetir contigo otro festín de besos, de
caricias, de penetraciones,….quiero que de nuevo despiertes la pasión y el amor
que siento por ti, convertir en realidad esas fantasías eróticas cada vez más
refinadas que se me ocurren para poder poseerte y ser poseído por ti.
Cuando estás cerca, no puedo concentrarme en
nada que no seas tú,…quiero abrazarte, besarte, penetrarte, desearte, poseerte…
Tengo unas ganas enormes de ti, y tienes que venir de nuevo esta noche para
calmar mis ardores contigo, y es por lo que te pido que nuevamente te dejes ver
por mi lecho secreto, donde te voy a dejar preparado un buen banquete que ambos
disfrutaremos antes de entregarnos al festín más importante, que somos nosotros
mismos. Quiero otra loca noche de pasión para consumir contigo, derretirme de
gusto otra vez junto a ti.
En esta noche, en este mundo, en nuestro lecho
secreto, volveremos a ser otra vez sólo tú y yo, y nadie más.
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