Querida:
Estoy muy mosqueado. Se acabó, ya no tengo más
paciencia. Me parece increíble que nuestro amor se acabe. Creí que era para
siempre, pero todo ha terminado. Me he hartado de tu incomunicación, de tu
desconsideración, de tu pasividad, de que ya no me hables, de que hayas dejado
de ser mi cómplice. ¿Qué ha pasado?.
Es muy triste que todo lo que sentías por mí,
aquella pasión, aquel fuego, se haya apagado y esfumado. Fue tanto el amor que
nos dimos, tanta la pasión que sentíamos el uno por el otro, que me entristece
por todo ese tiempo que ya pasó, y que ya no seas como antes, tan ilusionada,
tan viva, tan llena de pasión por mí, que me impresionabas y despertabas más
mis brotes de amor por ti.
No sé cuanto te diste cuenta, de cuando sentías
un hastío por tanto amar y tanto follar. ¿Es que el amor, el placer, los
sentimientos se acaban?,…dímelo tú, que yo ando confundido y no acabo de
entenderlo. A decir verdad, yo nunca me harté de ti. Tan sólo me decepcionan, y
me desilusionan las malas mujeres,….pero lo que no entiendo es ¿cómo te has
cansado de mí?, ¿hay otro hombre?, ¿quién es ese afortunado hombre que es mucho
mejor que yo?. Nunca me imaginé que pudieras llegar a cansarte de mí, nunca
imaginé que quizás otro hombre terminaría siendo más importante que yo para ti.
Pero el respeto sigue, y espero que este nunca
cambie. Si tú quieres terminar con nuestra relación de amantes, muy bien, lo
respeto,…no quiero ser un estorbo ni una carga en tu vida. Pero si alguna vez
cambias de idea, ya sabes dónde está nuestra cama secreta.
Tu frialdad y tu indiferencia me ha podido, y
creo que se ha acabado el amor. Y con esto me libro de mis compromisos contigo,
y podré irme ya con la mujer que a mi me dé la gana.
Con cariño y tristeza se despide de ti tu ex
amante, le Vizconde du Valmont.
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