Querida:
Desde que estás lejos, sólo siento un amor que me duele, que
es como una tristeza que me deprime, pero al mismo tiempo más te quiero y esa
espera se me hace muy larga. ¿Cuándo regresas de la Guayana?, ¿cuándo regresas
de este infierno de ultramar?.
Tienes que regresar ya, aquel lugar lejos de mí no es para
ti. Te necesito junto a mi para no sentir esta harta soledad que me hace sentir
vacío. Ese amor de lejos me es muy doloroso porque no puedo verte, ni tocarte,
ni hablarte, ni poseerte,…pero sigo manteniendo el cariño que me llena, tu
recuerdo de ternura,…te espero, pero esa espera se me convierte en un tortuoso
desespero. Todas las noches pienso en ti, y sueño cómo te beso, te abrazo y
hago el amor contigo, como aquellos días que para mí estar contigo era como
estar en la gloria.
Estoy pensando tantas cosas de ti, me siento muy preocupado,
me estoy imaginando qué te estará pasando en ese lugar tan lejos, en que si te
llegarás a cansarte de mí, en que si te olvidarás de mí, en si encontrarás a otro
hombre que te llenará ese vacío que produce la distancia, o si bien cual una
Penélope, me estarás esperando y regresarás.
Me siento tan inseguro y me cuesta decírtelo, incluso tengo
miedo de que mis quejas expresadas en las cartas que te envío te lleguen a
aburrir, y te olvides de mí.
Ahora ya sabes, cariño, que todo eso es por mi inseguridad,
por no poder abrazarte y besarte como en otros tiempos mejores que estuvimos
juntos, y esa distancia en la que estás y esa espera desesperada me hace sentir
muy mal. Todos los días estoy esperando tu correo y tu regreso. Todos los días
mis criados están en el puerto observando si atraca algún barco procedente de
Guayana, por si trae alguna carta tuya, o vienes tú misma. ¿Cuándo podré verte
de nuevo?. Y es que yo sin ti no puedo vivir, y si no regresas, me moriré.
Te quiere con toda pasión tu amante, le Vizconde du Valmont
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