Querida:
Aquí recluido en mi palacio
te estoy esperando, y no me muevo aunque cualquier revolución estalle.
Sé que vendrás, sé que tú lo
añoras, sé que a diario me sueñas, y que por mí tu lloras por volver a verme.
Esa es mi fe, y de aquí no
me moveré, aunque tenga que estallar la revolución, aquí para ti estaré esperándote.
Tú vas a venir, y yo te
espero aquí en nuestra alcoba, para revivir de nuevos nuestras pasiones que nos
son mutuas y reciprocas, y no voy a asustarme ni llorar por mucho ruido de
guillotinas que hagan afuera, porque sé que vas a llegar.
Los tiempos son complicados,
pero nuestro amor nunca morirá, y por eso sé que llegarás y aquí me encontrarás.
Con todo deseo y pasión, te
espera tu amante, le Vizconde du Valmont.
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