Querida:
Tu ausencia me resulta sumamente dolorosa. Es como un frío
que me cala en los huesos. Siento los dolores profundos por añorar cada uno de
tus besos, de tus caricias, de tus abrazos.....
Hoy me pregunte: ¿qué me duele más?, y me dí cuenta que lo que
más me duele es tu ausencia. Hecho en falta tus besos, el sonido de tu voz.
Añoro tus palabras, tan sensuales, cariñosas y llenas de amor. Añoro esa
sonrisa que siempre dibujan tus labios, añoro esas pasadas con la esponja con
la que me bañabas a diario,.....
Las charlas inacabables, de las que nunca me aburría
contigo; las cosas interesantes que siempre me contabas. Los comentarios
inteligentes e intrigantes que me hacías. Lo bien que estaba contigo cuando
paseábamos juntos, los ratos que compartíamos cena, baño, chimenea de fuego y
cama.
Las noches ardientes que pasábamos juntos, con esa pasión
siempre encendida y renovada....Lo añoro todo de ti, cariño.
Comprenderás pues porque tengo un dolor, una tristeza, una
angustia de que no estés aquí, de que no pueda amarte y poseerte.
Vuelve pronto, te lo ruego.....
Con todo cariño y pasión, tu amante, le Vizconde du Valmont.
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