viernes, 20 de junio de 2014

MENSAJE 127


Querida:

Qué difícil es callar todo lo que estoy sintiendo por ti, qué triste y deprimente es estar solo sin ti, amarte y callar ese sentimiento. ¡Qué duro es reprimirme a mí mismo, cuando estoy tan inmensamente enamorado de ti.

Mi amor por ti, quisiera gritarlo tan fuerte para que todo el mundo lo oyera,  quisiera que el mundo se enterase de que daría mi vida por ti. Pero esto yo ya lo sabía que así podría ser, que no me amaras ni se te entregaras a mi, porque no todos somos libres de disfrutar de ese amor, ni de entregarlo. ¡Qué caprichosos somos!

Ahora mi alma llora por tí, empañado por el dolor de tu rechazo, de no poder decirte lo mucho que te quiero, de no poder abrazarte, de no poder saborear los besos de tus labios.

El callar me hace sentir muy mal, y siento mucha necesidad de decirte que te amo, necesidad de abrazarte y de besarte. Por eso no me he resistido de hacértelo y poner en tu conocimiento a través de ese breve mensaje.

¿Te compadecerás de ese pobre loco enamorado que todos los días, a todas horas, piensa en ti?.

Ven aquí, ya amor, porque te necesito. Esta espera se me está convirtiendo en un desespero, y ya no me aguanto más. Sin tí no puedo vivir. Por favor, querida, no dejes que me muera por la falta de tu amor...


Esperando tu respuesta (y quiera Dios que sea positiva), te quiere y te desea tu ex amante, le Vizconde du Valmont.