Querida:
Estoy cansado de tus indiferencias, de tus silencios, de tus
desconsideraciones, de tu falta de atenciones y de cariño….Quizás deje de verte
y ya no te venga a buscar más, y con ello dejaré a los otros para que tengan el
gusto de ir a por ti, ya que yo les dejaré el paso libre. Quizás deje de
hablarte y ya no me anime a desear escuchar más tu voz, para que los otros
estén más tranquilos yendo a por ti, ya que no estaré yo, que como sabes soy
terrible competidor como amante y pretendiente.
Quizás voy a dejar de redactarte esos mensajes llenos de
amor y pasión que escribo para ti; veré que escribiré de nuevo, pero quizás ya
de ti no volveré a escribir. Quizás voy a dejar de hacer planes para
reencontrarme contigo, y ya no habrán más sueños en donde puedas dormir
conmigo, al calor de mi piel. Quizás me portaré de forma seria y ya no te
imaginaré aquí, y quizás ya cuando empieces a buscarme, aplicaré tu propia
medicina: de ti voy a huir.
Que todos esos pretendientes de los que te rodean estén
contentos logrando lo que se proponen contigo, ya que yo quizás salga de tu
vida y con ello se lo pongo todo fácil a ellos, aún sabiendo que nadie llegará
a amarte con tanto cariño y pasión como yo lo hubiera hecho para contigo. Pero
una cosa ellos no pueden ni lo lograrán: el que puedan amarte tan intensamente como
yo lo he hecho contigo,…eso seguro de que jamás lo van a lograr.
Con cariño y cierto despecho,….firmado, le vizconde du Valmont.
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