sábado, 20 de julio de 2013

MENSAJE 88


Querida:

En la inmensidad de la oscuridad de esta noche nubosa, lluviosa y sin luna, mis ojos no podrán verte, pero mi corazón te siente, porque sólo con pensar en ti se me pone a palpitar con más fuerza.

Así como a Dios no puedo ver, ni el sol puedo tocar, tal como me acaricia la brisa, así te llegué a amar.

Cuando yo caminaba a oscuras, pensando que nunca iba a encontrar el amor, un día te encontré y tu pusiste un rayo de luz, que se fue acrecentando, y así empecé a amarte.

Con tu bella mirada, con tu hermosa sonrisa, con tu cariñosa voz, con los detalles bonitos que me has obsequiado, así sín saberlo ni esperarlo, me fui enamorando de ti.

Me amas, sé que es así, aunque hoy estés confundida, aunque estés llena de problemas que de mí te han escondido.

Mi corazón no se equivoca: él sabe que tú lo amas, que tu corazón es mío, aunque todavía amanezcas entre sus sábanas.

En la soledad de mi oscuridad, aquí yo te espero, mi amor, a que llegue esa luz que eres tú y entiendas ¡cuánto te quiero!

Con todo cariño, tu amante, le vizconde du Valmont.




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