sábado, 5 de octubre de 2013

MENSAJE 106



Querida:

Después de tantas noches esperándote, y tú sin aparecer, cada vez que me asomo a la ventana a ver si llega tu carruaje, y no veo nada, mi vista se fija en la luna. Parece como si la luna se haya hecho cómplice de la desesperada espera a la que me sometes. Parece como si ella lo supiera todo de mí, de mi amor por ti.

Parece como si ahora la luna y yo nos hubiéramos convertido en los nuevos amantes secretos. Ella sabe de mi penar y de mi felicidad por ti, ella sabe todo lo que me haces sentir, y también todo lo que me haces llorar.

Como estás lejos de mi, y todas las noches salgo a la ventana para ver si vienes, a ella la veo siempre, que tan desesperado estoy de una espera que nunca aparece, que creo que voy a cambiarte por la luna para amar.

Parece como si la luna y yo nos hubiéramos convertido en una buena pareja, como si tuviéramos sellado un pacto secreto de complicidad: ella siempre está allí arriba y nunca me defrauda con su presencia, pues sé qué días aparece y cuales no aparece, pero a ti ahora ya nunca te veo, con lo que amarte siempre me duele.

Ahora comprendo cuando aquellos que decían que el amor muchas veces viene acompañado por el dolor tenían toda la razón. ¿Volverás otra vez conmigo?.

Te ama, te recuerda, te solicita y te espera,…tu amante, le Vizconde du Valmont. 

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