-Pues será que sí. Escribe......, escribe....:
Buenas noches, cariño. Después de tantas vueltas por aquí y por allá en este ancho mundo me he dado cuenta de que son muy pocas las palabras que de verdad llegan a dolerme y muy pocas también las que consiguen alegrarme el alma. Me he dado cuenta de que son muy pocas las mujeres que logran mover mi corazón, y menos las que lo mueven mucho tiempo. Al final, son poquísimas las cosas que de verdad importan en la vida: poder querer a alguien, y que me quieran. Pero sé que tú, si quisieras sabrías amarme bien y hacerme feliz, porque sé que tú si sabes, y que ninguna mujer lo sabe hacer más bien que tú. Tu dulzura, tu inteligencia, tu alegría,...me resultan gratamente contagiosas. Y tu hermosura me atrae un montón. Por eso ansiosamente te anhelo y todas las noches antes de ponerme a soñar mis últimos pensamientos son para ti. Os ama vuestro humilde servidor, el señor de Valmont.
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